jueves, 18 de septiembre de 2008

No necesita titulo

Yo me consideraba un ateo, defendía lo creía y pensaba que las religiones estaban jodidas (lo sigo pensando), pero hay veces que la vida, el tarot, el zodiaco, la suerte, las coincidencias, la magia, todo se junta para darle a uno una mala broma.

Realmente no pensé que algo me pudiera sorprender hoy en día, pues casi siempre es lo mismo y me veo obligado a vivir el la misma rutina de tragedia y muerte ajena y a veces personal, pero hace más o menos un mes ocurrió lo impensable, lo irreal, el santo grial de las experiencias de vida:

Yo iba de regreso a mi casa y cuando cruce la calle un carro atropello un perro, el perro seguía vivo, yo empece a caminar para ayudarlo, pero un niño se bajo del carro con su papá y recogieron al perro, mientras del carro del carril contrario se bajo otro hombre para parar el trafico y durante este proceso se hicieron largas filas de carros, pero nadie pitaba, como si supieran que ese tiempo realmente no era importante y que se utilizaba en una causa mayor. Al final el papá y el otro hombre se dieron la mano y cada quien siguió su camino

Durante todo esto yo simplemente un observador, un único testigo ocular (pues estaba solo y nadie más estaba viendo) de está fantasía utópica. Simplemente pude sentarme y llorar, no podía hacer nada más, era toda una vida de ideales y sueños para la humanidad echa realidad en un segundo, incluso cuando escribo esto puedo sentir la emoción de ese momento.

Y lo único que puede decir de todo esto fue: Wow.

Nunca antes había dicho tanto en tan pocas palabras.

Y nuevamente volvemos al inicio, yo me consideraba un ateo, pero dada esta serie de eventos me empezado a cuestionar mi forma de ver el mundo, preguntarme. Así es como toda las fuerzas del universo le dan una mala broma a uno sacudiendolo a uno hasta sus cimientes y rompiendo las estructuras establecidas del propio pensamiento.

Sacado de Arcabucero, adelante

1 comentario:

Gri dijo...

Que bonito...!! Me gustó la forma en la que describiste todo.

En situaciones como esas se acuerda uno de que todavía existen seres humanos de verdad...

Un bonito ejemplo de cordialidad y sensibilidad...